Te dejaré mis juguetes
Hay a quien le son cómodos los uniformes, yo prefiero la diversidad.
Los hay que buscan la raza pura sin darse cuenta de la belleza que tiene el mestizaje.
La protagonista de hoy de la tira Mil Motivos es Vetsi, una perrita mestiza adoptada del CIAAM en diciembre del 2018
Es mestiza porque es un cruce de vaquita y angelito.
Tiene 4 años. Cuando llegó al CIAAM (Centro Integral de Acogida de Animales de Madrid) tenía apenas un año. No le gustaba salir de paseo y prefería quedarse en el chenil porque le daba miedo todo y se sentía más segura encerrada.
Por ese motivo paseaba poco.
Un día una voluntaria del refugio, llamada Carol, se fijó en ella, (era tan dulce!), no compartía la idea de que la perrita no quisiese salir. Durante días entraba en su patio y Vetsi al principio, desconfiada, la miraba desde lejos. Pero poco a poco esto fue cambiando, se acercaba más, se dejaba mimar y cada día esperaba feliz su visita para dar un paseo.
La historia de amor ya no tendría fin y en diciembre de este año pasado, esa voluntaria la adoptó y la llevó a su casa.
Vetsi ahora vive en un hogar muy contenta, con su hermano Polito, sus hermanas personas y sus papás.
Era lo que Vetsi, esa perrita amorosa, sin duda merecía. Una historia de superación y de no dar nada por sentado
Y vaya si le gusta salir!
Ya habréis adivinado que Vetsi y Polito son mis queridos perritos y que estoy encantada de compartir mi vida con ellos.
Hay a quien le son cómodos los uniformes, yo prefiero la diversidad.
Los hay que buscan la raza pura sin darse cuenta de la belleza que tiene el mestizaje.
La protagonista de hoy de la tira Mil Motivos es Vetsi, una perrita mestiza adoptada del CIAAM en diciembre del 2018.
Es mestiza porque es un cruce de vaquita y angelito.
Tiene 4 años. Cuando llegó al CIAAM (Centro Integral de Acogida de Animales de Madrid) tenía apenas un año. No le gustaba salir de paseo y prefería quedarse en el chenil porque le daba miedo todo y se sentía más segura encerrada.
Por ese motivo paseaba poco.
Un día una voluntaria del refugio, llamada Carol, se fijó en ella, (era tan dulce!), no compartía la idea de que la perrita no quisiese salir. Durante días entraba en su patio y Vetsi al principio, desconfiada, la miraba desde lejos. Pero poco a poco esto fue cambiando, se acercaba más, se dejaba mimar y cada día esperaba feliz su visita para dar un paseo.
La historia de amor ya no tendría fin y en diciembre de este año pasado, esa voluntaria la adoptó y la llevó a su casa.
Vetsi ahora vive en un hogar muy contenta, con su hermano Polito, sus hermanas personas y sus papás.
Era lo que Vetsi, esa perrita amorosa, sin duda merecía. Una historia de superación y de no dar nada por sentado
Y vaya si le gusta salir!
Ya habréis adivinado que Vetsi y Polito son mis queridos perritos y que estoy encantada de compartir mi vida con ellos.
